Si llamas a mi puerta y nadie responde,
no te acongojes.
La puerta
La puerta
Se abrirá sola, cuando sea el momento.
La hora destinada.
Si cuando entras descubres
que aún es de noche
No te preocupes.
Yo podré verte
y te guiaré hacia donde me encuentre.
Si escuchas mi silbido bajo las escaleras
no me interrumpas con interrogantes,
porque no sabré responderte.
Si luego el silencio te resulta insoportable
no huyas de mi lado;
mas bien toma mi mano
y apriétala con fuerza.
Si me pierdo,
no me busques
yo regresaré por mi cuenta.
Si intento mentirte, no me escuches.
Mírame a los ojos.
No me dejes, aunque te pida que me dejes.
No me prometas
lo que yo no puedo cumplirte.
Tan sólo quédate.
Quédate.
Nada más.
No pienses.
Tan sólo
quédate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario