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jueves, 21 de enero de 2010

Como un Terrón de azúcar.

De par en par abriste las puertas de tu hogar,
yo tan anciano y tu tan jovenzuela;
pero hiciste un saludo y me invitaste a pasar.

Y quizás subiendo los peldaños
me fuiste quitando años
mientras tú te los ibas sumando a favor de tu reflejo
quien fue mayor sin llegar a viejo.

Tú una niña de canas bellas y doradas
yo, un viejo Peter Pan de grises y sucias mallas;
pero me tomaste de la mano y me invitaste a pasar.

Yo, con mi espada de madera y zapatos de payaso,
quizás, regresaba de algún lejano viaje
con mis dedos entumecidos de acariciar
el frío paisaje de aquella helada ciudad
que, me negó una vez más lo que escondía.
Y aunque fracase en revelar su intimo secreto,
al regresar te encontré
como un terrón de azúcar endulzando mi café.

Y entonces fue:
Dos gotas que se encuentran mientras caen
dos hormiguitas en su propio Edén
jardín patio trasero,
sonrisas, sueños y deseos.

Pero entonces fue:
Yo con la fe que me da la razón
de cuestionar esas "verdades",
y siempre tú con la verdad más cuestionada
más razón a tu fe le dabas.

Y quizás,
enojos, ceños y avisos
de salir volando por la ventana como un pajarillo
que sin dejar nunca prisioneros,
a tu nido a buscarte regresará.

Y volar es soñar
recordando tu ternura
pasión felina desenfrenada,
brasa ardiendo en el laberinto de tu pecho
almibar néctar maduro de tus venas
soledad, ceniza atrapada en tus suelas.

Y mañana no habrá un adiós,
ni hoy un hasta luego,
será tu dios el padrino de este juego
de contigo y sin ti.





martes, 19 de enero de 2010

Cuento Breve II




Y fue hoy que la gota rodó sin ser vista,
sin ser capturada en su salto.
Tan minúscula y no temió.

Años esperó y no cedió ni un milímetro,
jamás dudó, podía ver la luz tras el cristal,
la libertad de ser.

Solitaria transgredió el límite de la vida y la muerte,
del dolor y el placer.
Fue un instante de magia,
un pequeño pulso de vida, un cuento breve;
y sin embargo, en ella habitaba el universo,
la inmensidad de su ternura.

"Te quise, te quiero, me enamoré"
no dijo más, nada más y calló.

Cuento Breve I


Hay días en que los cuentos son lágrimas más largas
y duran más en la imaginación;
y el río se desborda, como cosencuencia:
hay tragos de agua salada añeja que los peces saben brindar
a la salud del pasado, de la ausencia, de la ansiedad.

Seis letras forman un olvido,
un nombre femenino compuesto por ocho más,
una frase hecha sin un verbo que la haga zarpar
de las costas hambrientas, sedientas de mar.

Hoy,
Hay colección de cuentos breves en las vidrieras
y el diablo a veces llega a contemplar
el alma que siempre estuvo en venta
para la dama de los ojos tristes,
para la mujer que baila en soledad.

Más de alguna vez hice lo que queria,
pero lo que queria siempre pasaba de mí,
cuentos mordaces para el oído que gusta de las ironías,
del tiembre de voz que rompe a llorar en risa,
un ayer sin dios , una llovizna que no escampa,
un cuento breve sin nombre y sin final.



lunes, 11 de enero de 2010

Carta I.



Seamos diferentes y soslayemos las buenas costumbres para crear maldiciones humanitarias, o destrocemos el nácar de plástico protector, para que así nos ensucie con sus escupitajos el cielo que siempre nos negó. Podría sacudir el polvo matemático de la eternidad ,darme un menosprecio, y acertar en dividir el desden en tuyo y mió.

Te digo, me guardo una lengüeta a la altura del corazón para que la bala no salga disparada desde su interior, para no herir a más de los que necesito herir. Y si muevo mi dedo y señalo vació es porque te busco por precaución de emboscada. No somos diferentes de la maldad que nombramos con otros nombres, que son siempre nuestros nombres, sólo que empapados de dulzura, de lástima, de necesidad o peor aun de amor.


No me quejo, por que si he de quejarme me quejo contigo y no voy a permitir que seas la juez y parte, se  mjor testigo de este adiós, de este luto de cuerpo ausente, de este infeliz siendo feliz sin ti…

domingo, 10 de enero de 2010

Enigma para dos.


Últimamente, eres un misterio. Que camina o que danza, mientras nadie te ve. Uno se pregunta, yo me pregunto: -¿quién eres?-; pero no hay respuesta, sólo silencio rítmico.
Uno se acostumbra al ritmo, lo aprendes a seguir, lo imaginas en movimiento,  lo oyes como  voz interior que se aleja y que no puedes alcanzar. 

Uno se pregunta, yo me pregunto y no me quiero responder.

sábado, 9 de enero de 2010

De las Cartas Metafísicas.



Ripio, mezclilla, cenizas por doquier, ¿estas ahí?, en el caos, ¿en algún lugar?, ¿puedes escucharme?, ¡vamos carajo!, ¡da igual!. Con un menos dos puntos suspensivos me conformo, tan sólo pretendamos por un instante que tu crees en mi y déjame existir.
Agregar más tormenta al vaso (medio vacio, medio lleno ¿acaso importa?) se me hace excesivo, en definitiva soy un obseso. Preguntas:- ¿Cómo estoy?-, ¡claro que no preguntas!, por aquello de: “a preguntas estúpidas respuestas aun más estúpidas”; y tú y yo ya no estamos para tratarnos con tales cortesías, y en sumatoria soy Odiseo de charca.
Si tuviera algo nuevo que mostrarte, algo importante, algo que fuese diferente, algo  que realmente sea algo. Hubo un intervalo entre tú y yo. No quería escribirte la misma cantaleta, ¡y aún no quiero!; pero, esta comprobado que lo quiero siempre ha pasado de mí.
 No voy a quejarme, ni ha fatalizar la verdad trillada de mis pasos. No fingiré ignorancia a conveniencia ni diosa razón por placer. No exigiré tu duda razonable ni tu juicio ni tu hombro… ¡jamás pretendí ganar cuando pierdo!, sólo intentaba sonreír sin que le pesara la gravedad a mi alma.
¿Es así la eternidad? No es que la busque, es sólo mi curiosidad, y si tú me llevas en la imaginación, ¿puedo considerarme un ser inmortal? Soy humano y supongo que a veces eso me es molesto. Quisiera decirte algo más; pero, no hay nada que tu quieras oír. Nos encontraremos, ya sea en los números infinitos de la nada o en el común denominador de la vida, lo que suceda primero, o bueno, en todo caso lo que suceda después.
Me alegra el haber compartido contigo, por esta vez, cosas tan simples… es bueno verte,
A Dios….         

viernes, 8 de enero de 2010

Puede morir el día.



Agujas atraviesan el alma.
Derrotada, pide tregua la mañana.
Complacida, muere a sangre fría.
Desparramada por el suelo,
todos pisan su cuerpo callejero.
Sin cielo donde esconderse
se queda el sol tibio al perderle.
sufre como sufre la calle en tinieblas,
nadie responde con sorpresa.
Muere el dolor en la tierra.

Bajo la noche se esconde
como esbirro del pecado.
Consume miedo con sed de olvido.
Llueve sin llover en los dulces cobijos.
Desconsolados lugares, entristecidos días
son los que se buscan o se encuentran,
helados aires que descienden
de la infinita sangre bendita,
esperando con su sutil despedida
maldice con su sonrisa a la vida
y agradece a la muerte por ser su guía.
Puede morir el día

jueves, 7 de enero de 2010

Canción cursi del hombre resignado.

Aunque el territorio nos pertenezca;
Aunque el agua que fluye nos empape.
Aun cuando el sol se levante
a limpiar la oscuridad de nuestras ventanas
nunca seremos el uno para el otro.

Ni tú sueñas con soñar conmigo
ni yo sueño con soñarte de nuevo,
así de frágil, así de fraudulento
cuanto destino juegue a petardo y estrella.

No hay por que abrir los ojos
ni vender corazones oxidados,
en mi prosa, en mis sonetos.
Mas bien me valdría fugarme
con la muerte, dama nada exigente,
que volverme a romper con la pared el alma.

Y de nuevo:
Ni tú quieres que te quiera querer,
ni yo quiero quererte sin que me quieras.
Así de truhán, así de mezquino
cuanto cupido juegue a ensalmado y hechicera.

No hay heridos, ni estropajos
ni silencio donde ahogarnos.
Ninguno dice lo absurdo que parece
lo divertido que sería
darle medio giro a nuestras cabezas
y sospechar por un segundo
lo que ninguno ha sospechado.

Pero, y sin embargo;
Ni tú crees en lo que creo
ni yo creo creerte jamás eso,
así de mí, así de tí.
Ni tú deseas que te desee en el frío
ni yo deseo el frío con el cual desearte,
así de tierno, así de lisonjero.
Ni tú le envías postales al diablo
ni yo le hago muecas a la oración,
así de humano, así de ingenuo
cuanto beato usurero
juegue a la fe de tahúr y tarot.
Así de panfleto, así de canción
cuanto corazón juegue a la cursi resignación.