Últimamente, eres un misterio. Que camina o que danza, mientras nadie te ve. Uno se pregunta, yo me pregunto: -¿quién eres?-; pero no hay respuesta, sólo silencio rítmico.
Uno se acostumbra al ritmo, lo aprendes a seguir, lo imaginas en movimiento, lo oyes como voz interior que se aleja y que no puedes alcanzar.
Uno se pregunta, yo me pregunto y no me quiero responder.
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